La Historia de los mexicas es una narrativa fascinante y compleja que ha capturado la imaginación de historiadores y entusiastas de la cultura durante siglos. Desde sus humildes comienzos hasta la construcción de uno de los imperios más poderosos de Mesoamérica, la travesía de los mexicas es un testimonio de resistencia, ingenio y devoción espiritual. A través de su historia, podemos entender mejor no solo el desarrollo de su civilización, sino también su impacto duradero en la cultura y la identidad mexicana contemporánea.
La relevancia histórica de los mexicas es innegable. Como fundadores de Tenochtitlán, su legado incluye avances significativos en arquitectura, astronomía y sistemas de gobierno. Además, sus relatos míticos y cosmogónicos nos ofrecen una ventana única a su cosmovisión y a la manera en que entendían su lugar en el universo. En este artículo, exploraremos la fascinante historia de los mexicas desde sus orígenes hasta su colapso bajo el yugo español, y destacaremos cómo su legado perdura en el mundo moderno.
El comienzo de los mexicas
Los mexicas, también conocidos como aztecas, comenzaron como un grupo de nómadas que migraron desde Aztlán, un lugar mítico situado al norte de Mesoamérica. Según sus leyendas, fueron guiados por su dios protector Huitzilopochtli, quien les indicó que encontrarían un lugar donde establecerse cuando vieran un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente. Este símbolo se convertiría en un elemento central de la identidad mexica y eventualmente en el emblema nacional de México.
El viaje hacia el sur
Durante su migración, los mexicas enfrentaron numerosas dificultades, incluyendo conflictos con otras tribus y condiciones ambientales adversas. Sin embargo, su determinación y la guía de Huitzilopochtli los mantuvieron en movimiento. Este viaje no solo fue una travesía física, sino también una peregrinación espiritual que reforzó su identidad y cohesión como pueblo.
El asentamiento en Tenochtitlán
Finalmente, en 1325, los mexicas encontraron la señal prometida en un islote del lago Texcoco. Aquí fundaron Tenochtitlán, que rápidamente se convirtió en una ciudad próspera y el centro de su creciente imperio. La ubicación estratégica en el lago permitió a los mexicas desarrollar un sistema de chinampas (islas artificiales) que aumentaron significativamente la producción agrícola, sustentando a una población en constante crecimiento.
La consolidación del poder
A medida que Tenochtitlán crecía, los mexicas formaron alianzas estratégicas con otras ciudades-estado, como Texcoco y Tlacopan, creando la Triple Alianza. Esta coalición les permitió expandir su influencia y control sobre vastos territorios de Mesoamérica. La combinación de tácticas militares efectivas, diplomacia y prácticas religiosas cohesivas cimentó su dominio regional.
Historia completa de los mexicas
La Historia de los mexicas es una saga épica que abarca varios siglos, marcados por conquistas, alianzas y logros culturales. A continuación, exploraremos su cronología completa, desde sus orígenes míticos hasta su caída en manos de los conquistadores españoles.
Orígenes míticos
Los mexicas se consideraban a sí mismos descendientes de los toltecas, una civilización que admiraban por sus logros culturales y militares. Según sus mitos, los mexicas surgieron de las entrañas de la tierra en un lugar llamado Chicomoztoc, o las Siete Cuevas. Desde allí, iniciaron una peregrinación guiada por sus dioses hasta llegar a Aztlán, el mítico lugar de donde partirían hacia su destino final en el valle de México.
Fundación de Tenochtitlán (1325)
En 1325, los mexicas encontraron la señal de Huitzilopochtli en el lago Texcoco y fundaron Tenochtitlán. Inicialmente, la ciudad era un pequeño asentamiento, pero gracias a su ubicación estratégica y a sus innovaciones agrícolas, pronto se convirtió en una metrópolis floreciente. La construcción de Tenochtitlán fue un proceso arduo que involucró la creación de canales, calzadas y chinampas para soportar la creciente población.
La Triple Alianza (1428)
En 1428, los mexicas, bajo el liderazgo de Itzcóatl, formaron la Triple Alianza con Texcoco y Tlacopan. Esta alianza fue fundamental para la expansión del poder mexica, ya que permitió a los tres estados cooperar en campañas militares y compartir los tributos de las regiones conquistadas. La alianza llevó a la derrota de Azcapotzalco, el mayor rival de los mexicas, consolidando así su hegemonía en la región.
El auge del imperio mexica
Bajo los reinados de sucesivos tlatoanis (emperadores), el imperio mexica alcanzó su apogeo. Moctezuma I y su sobrino, Axayácatl, expandieron significativamente el territorio bajo control mexica, incorporando numerosas ciudades y pueblos. La administración eficiente del tributo y un fuerte sistema militar permitieron a los mexicas mantener el control sobre una vasta área que abarcaba desde el Golfo de México hasta el Pacífico.
La religión y la cosmovisión mexica
La religión jugaba un papel central en la vida mexica. Los mexicas creían en un panteón de dioses, cada uno con funciones específicas. Huitzilopochtli, el dios de la guerra y el sol, era uno de los más importantes. Los sacrificios humanos eran comunes, ya que los mexicas creían que debían alimentar a los dioses con sangre humana para asegurar el equilibrio del universo.
Ceremonias y rituales
Las ceremonias religiosas eran eventos elaborados que incluían danzas, música y ofrendas. La piedra del sacrificio y los templos piramidales, como el Templo Mayor en Tenochtitlán, eran centros de actividad ritual. Los sacerdotes desempeñaban un papel crucial, interpretando los signos divinos y dirigiendo los rituales.
La llegada de los españoles (1519)
El encuentro con los españoles marcó el inicio del fin del imperio mexica. En 1519, Hernán Cortés llegó a la costa de Veracruz y, con la ayuda de aliados indígenas descontentos con el dominio mexica, marchó hacia Tenochtitlán. Moctezuma II, el entonces tlatoani, inicialmente recibió a Cortés con la esperanza de formar una alianza, pero pronto quedó claro que los españoles tenían otras intenciones.
La caída de Tenochtitlán (1521)
Después de una serie de enfrentamientos y la captura de Moctezuma II, los españoles, junto con sus aliados indígenas, sitiaron Tenochtitlán. La ciudad cayó el 13 de agosto de 1521, marcando el fin del imperio mexica. La destrucción de Tenochtitlán y la subyugación de sus habitantes fueron seguidas por la imposición de la cultura y la religión española.
Legado de los mexicas
A pesar de su caída, el legado de los mexicas perdura en muchos aspectos de la cultura mexicana contemporánea. La lengua náhuatl, el calendario, las tradiciones culinarias y las festividades religiosas son solo algunas de las herencias que sobreviven. Además, los descubrimientos arqueológicos continúan revelando la sofisticación y el alcance de la civilización mexica, manteniendo viva la fascinación por su historia.
La organización social y política de los mexicas
La estructura social mexica era altamente jerarquizada y estaba dominada por una élite de nobles y sacerdotes. La nobleza, conocida como pipiltin, tenía un control significativo sobre la tierra y los recursos. Los tlatoanis eran los gobernantes supremos, elegidos entre los nobles por un consejo de líderes. Bajo ellos estaban los tecuhtli, que eran gobernadores de provincias y líderes militares.
El sistema de tributo
El imperio mexica mantenía su poder y riqueza a través de un complejo sistema de tributo impuesto a los pueblos conquistados. Este tributo incluía productos agrícolas, artesanías, y personas para el sacrificio ritual. Las provincias tributarias estaban obligadas a enviar estos bienes a Tenochtitlán a intervalos regulares, lo que aseguraba la prosperidad de la capital y mantenía la lealtad de las regiones subordinadas.
La vida cotidiana en Tenochtitlán
La vida en Tenochtitlán era vibrante y dinámica. La ciudad estaba organizada en calpullis, que eran unidades sociales y territoriales similares a los barrios. Cada calpulli tenía su propio templo, escuela y tierras comunales. La educación era importante, y los jóvenes eran instruidos en las escuelas conocidas como calmecac (para los nobles) y telpochcalli (para los plebeyos).
Comercio y economía
El mercado de Tlatelolco, uno de los más grandes de Mesoamérica, era el corazón económico de Tenochtitlán. Aquí, los comerciantes intercambiaban una vasta gama de productos, desde alimentos y textiles hasta herramientas y joyería. El comercio no solo involucraba a los mexicas, sino también a comerciantes de regiones distantes, lo que convertía a Tenochtitlán en un centro de intercambio cultural y económico.
La caída y el impacto del contacto con los europeos
El encuentro con los europeos trajo enfermedades devastadoras como la viruela, que diezmó la población mexica. Estas epidemias, combinadas con las alianzas estratégicas formadas por Cortés y la superioridad tecnológica de los españoles, fueron factores decisivos en la caída del imperio mexica. La conquista española transformó radicalmente la estructura social, política y económica de la región.
Resistencia y adaptación
A pesar de la brutalidad de la conquista, muchos aspectos de la cultura mexica lograron sobrevivir. Las prácticas religiosas y las tradiciones orales se adaptaron y, en algunos casos, se sincretizaron con las creencias cristianas impuestas por los colonizadores. Este proceso de resistencia y adaptación es testimonio de la resiliencia de la identidad mexica.
Arte y arquitectura mexica
El arte y la arquitectura mexica son un reflejo de su rica cosmovisión y habilidad técnica. Desde majestuosas pirámides hasta delicadas esculturas, los mexicas dejaron un legado visual impresionante que aún hoy se estudia y admira.
Templos y pirámides
Los mexicas construyeron impresionantes estructuras religiosas, siendo el Templo Mayor en Tenochtitlán el más emblemático. Este templo estaba dedicado a Huitzilopochtli y Tlaloc, y era el centro ceremonial de la ciudad. Las pirámides y templos servían no solo como lugares de culto, sino también como símbolos de poder y centro de la vida comunitaria.
Escultura y pintura
La escultura mexica abarcaba desde monumentales figuras de dioses hasta pequeños objetos rituales. Los mexicas trabajaban con diversos materiales, incluyendo piedra, madera y jade. La pintura, aunque menos preservada, también jugaba un papel importante, especialmente en códices que registraban eventos históricos y mitológicos.
Educación y conocimiento
El sistema educativo mexica era sofisticado y bien organizado. Desde temprana edad, los niños eran educados en diversas disciplinas, dependiendo de su estatus social y género.
Calmecac y telpochcalli
Los hijos de nobles asistían al calmecac, donde recibían una educación rigurosa en religión, administración y guerra. Los hijos de plebeyos asistían al telpochcalli, donde aprendían habilidades prácticas y guerreras. Ambas instituciones eran fundamentales para la transmisión de conocimiento y valores culturales.
Medicina y astronomía
Los mexicas también desarrollaron un conocimiento avanzado en medicina y astronomía. Utilizaban plantas medicinales para tratar diversas enfermedades y tenían un profundo entendimiento de los ciclos astronómicos, que aplicaban en su calendario y rituales religiosos.
La escritura y los códices
La escritura mexica era pictográfica, utilizando imágenes para representar palabras y conceptos. Los códices, manuscritos pictográficos, eran utilizados para registrar leyes, tributos, genealogías y mitos. Aunque muchos códices fueron destruidos durante la conquista, algunos han sobrevivido, proporcionando valiosa información sobre la sociedad mexica.
El impacto cultural y la memoria histórica
La caída del imperio mexica no significó el fin de su cultura. A lo largo de los siglos, su legado ha perdurado, influyendo en la identidad y el patrimonio cultural de México. La recuperación y estudio de sus tradiciones y conocimientos continúan enriqueciendo nuestra comprensión de su civilización.
Celebraciones y festividades
Muchas festividades contemporáneas en México tienen raíces en las celebraciones mexicas. El Día de los Muertos, por ejemplo, tiene paralelismos con las prácticas mexicas de honrar a los difuntos. Estas tradiciones han sobrevivido y evolucionado, manteniendo viva la conexión con el pasado.
Influencia en el arte y la literatura
El arte y la literatura mexicana a menudo reflejan la herencia mexica. Desde murales hasta novelas históricas, los artistas y escritores han encontrado inspiración en la rica historia y mitología mexica, contribuyendo a la preservación y reinterpretación de su legado.
La arqueología y el redescubrimiento
Las excavaciones arqueológicas en Tenochtitlán y otras ciudades mexicas han revelado tesoros ocultos que ofrecen nuevas perspectivas sobre su civilización. Estos descubrimientos han sido cruciales para entender mejor su organización social, prácticas religiosas y vida cotidiana.
El Templo Mayor
El redescubrimiento del Templo Mayor en la Ciudad de México ha sido uno de los hallazgos arqueológicos más significativos. Las excavaciones han desenterrado artefactos y estructuras que proporcionan una visión detallada del corazón religioso y político del imperio mexica.
Partes especificas de la historia mexica que pueden interesarte
Documental con la historia completa de los mexicas
Para aquellos que deseen una experiencia visual y auditiva más profunda, recomendamos el siguiente documental sobre la historia de los mexicas. Este documental ofrece una narración detallada y visualmente impresionante de la ascensión y caída de los mexicas, complementada con entrevistas a expertos y recreaciones históricas. Es una excelente manera de sumergirse en la rica historia de esta civilización.
Preguntas frecuentes sobre la historia de los mexicas
¿Cuánto tiempo tomó a los conquistadores someter a los mexicas?
La campaña de conquista liderada por el español Hernán Cortés en tierras mexicas se extendió entre 1519 y 1521, resultando en la caída de Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521. Aunque esto puede parecer un breve período de tiempo, dos años en la historia militar, la rapidez con la que los españoles lograron este logro fue producto de una combinación de factores tanto internos como externos al imperio mexica.
Por un lado, los conquistadores españoles supieron aprovechar las divisiones y resentimientos existentes entre distintas etnias y pueblos indígenas sometidos o enfrentados con los mexicas. Gracias a alianzas estratégicas, en particular con los tlaxcaltecas, Cortés pudo formar un ejército mixto de españoles e indígenas que fortaleció significativamente su capacidad militar.
Estas alianzas no solo proporcionaron a los españoles una fuerza de combate más grande, sino también conocimiento local y recursos vitales para la campaña.
Por otro lado, el impacto de enfermedades traídas por los europeos, como la viruela, diezmó considerablemente la población indígena, incluyendo a muchos guerreros y líderes mexicas.
Esta catástrofe biológica, sumada a las tácticas militares y a la superioridad tecnológica de las armas españolas, inclinó la balanza a favor de los conquistadores. Las armas de fuego, la caballería y el uso estratégico de la pólvora otorgaron a los españoles una ventaja decisiva en combate.
Además, la estrategia de Cortés de capturar y manipular al emperador mexica, Moctezuma II, desestabilizó el liderazgo y la moral mexica. Los conflictos internos y la sucesión de líderes tras la muerte de Moctezuma contribuyeron al colapso del imperio. Finalmente, el asedio de Tenochtitlán y la destrucción sistemática de la infraestructura de la ciudad llevaron a su caída, marcando el fin de uno de los imperios más poderosos de Mesoamérica.
¿Qué significa el sacrificio humano entre los mexicas?
El sacrificio humano en la civilización mexica no era un mero acto de violencia, sino un complejo ritual imbuido de profundo significado religioso, cósmico y social. Los mexicas, como otros pueblos mesoamericanos, creían que el cosmos funcionaba a través de un equilibrio y que era necesario alimentar a los dioses con la energía vital, el «tonalli», que se encontraba en la sangre humana.
Esta cosmovisión sostenía que el sol, Huitzilopochtli, necesitaba de la sangre de los sacrificados para continuar su viaje diario a través del cielo y combatir a las fuerzas de la oscuridad. Al no hacerlo, se creía que el sol podría no salir y el mundo sería sumido en el caos. Este ritual era esencial para la continuidad del ciclo de la vida y la estabilidad del universo según la religión mexica.
Además de mantener el equilibrio cósmico, los sacrificios también tenían connotaciones políticas y sociales. A menudo, los prisioneros de guerra eran los elegidos para ser sacrificados, y su muerte simbolizaba la supremacía y el poder del estado mexica sobre sus enemigos. Estos sacrificios públicos también servían como una herramienta de control social y cohesión, reafirmando la lealtad y la obediencia de los pueblos sometidos.
En suma, estos rituales eran parte fundamental de la identidad religiosa, política y cultural de los mexicas, quienes veían en ellos una forma de conectar con lo divino, mantener el orden del universo y reafirmar su dominio en el ámbito terrenal. Los sacrificios eran actos sagrados que aseguraban la prosperidad y la protección de la comunidad.
¿Por qué en el monte Huixachtépetl?
Los sacrificios en el monte Huixachtépetl no eran fruto de la casualidad. Estos rituales se debían a las reformas de Tlacaélel, quien implementó cambios significativos en la estructura religiosa y política mexica.
Según las creencias mexicas, el sacrificio humano era la única forma de evitar la destrucción del universo y también de asegurar la supervivencia del apreciado y respetado sol.
El monte Huixachtépetl era el lugar donde se realizaban los rituales del fuego nuevo, un evento crucial en el calendario mexica. Los ciclos calendáricos mexicas duraban 18,980 días y se repetían cada algo más que medio siglo, concretamente cada 52 años.
Este ciclo, conocido como el «Quinto Sol», corría el riesgo de extinguirse al final de cada período de 52 años, lo que motivaba la necesidad de realizar sacrificios para renovar el fuego sagrado y asegurar la continuidad del tiempo y la vida.
En el monte Huixachtépetl, se llevaban a cabo sacrificios humanos específicos para hacer brotar el fuego nuevo. Se creía que el sacrificio de sangre y corazones humanos nutría al dios del sol, permitiendo que el sol siguiera brillando y manteniendo el equilibrio del universo durante los próximos 52 años.
Este ritual era una manifestación de la profunda conexión entre la religión, la naturaleza y la supervivencia del pueblo mexica.
El fuego nuevo simbolizaba el renacimiento y la renovación, un momento en que la comunidad se reunía para purificar sus hogares, romper objetos viejos y esperar el encendido del nuevo fuego que marcaría el inicio de un nuevo ciclo. Esta ceremonia era una demostración del poder y la devoción religiosa de los mexicas, reafirmando su compromiso con el orden cósmico.
¿Qué se hacía con los sacrificados?
El sacrificio de los cautivos mexicas era un proceso complejo y ritualizado que comenzaba varios días antes del acto en sí. Durante cinco días anteriores al sacrificio, los cautivos extraían su sangre como ofrenda preliminar.
Este período de preparación culminaba en la Danza de los Cautivos, una ceremonia en la que los futuros sacrificados eran obligados a bailar, simbolizando su entrega a los dioses.
La noche anterior al sacrificio, los cautivos dormían junto a sus sacrificadores, quienes además de cuidar de ellos, les cortaban un mechón de cabello. Este cabello era conservado como trofeo y utilizado como objeto mágico del Tleyot, el fuego interior de la víctima. Esta práctica simbolizaba la transferencia del poder y la energía del cautivo a su sacrificador.
Al amanecer del día del sacrificio, los sacrificadores llevaban a la víctima al templo. Antes de subir al templo, la víctima debía ir con el pecho descubierto, mientras los sacerdotes subían hacia la pirámide.
En la cúspide del templo, la víctima era colocada de espaldas sobre la piedra de sacrificio. Cuatro sacerdotes sujetaban a la víctima por cada extremidad, mientras el sumo sacerdote realizaba un corte preciso a la altura del diafragma para extirpar el corazón.
El corazón, aún latiendo, era ofrecido al dios correspondiente, simbolizando la entrega del tonalli para alimentar y aplacar a los dioses. Después de la extracción del corazón, el cuerpo de la víctima a menudo era arrojado por las escalinatas del templo.
En algunos casos, las partes del cuerpo eran distribuidas y consumidas ritualmente, un acto que reforzaba la conexión entre los sacrificados y la comunidad.
Este acto de consumo ritual también tenía implicaciones sociales, ya que recordaba a los presentes el poder del estado y la importancia de mantener el equilibrio cósmico a través del sacrificio. Los sacrificios humanos eran eventos públicos de gran importancia, que reafirmaban la cohesión social y la devoción religiosa de los mexicas.
¿Se sabe qué ciudad edificaron los mexicas?
Los mexicas, también conocidos como aztecas, edificaron una de las ciudades más impresionantes de la América prehispánica: Tenochtitlán. El nombre Tenochtitlán se traduce como «lugar junto a la piedra del cactus» o “lugar de la tuna de piedra”.
Fundada aproximadamente en el año 1325, esta majestuosa urbe se erigió en medio del lago de Texcoco, y su diseño y estructura evidenciaban la ingeniería y visión urbanística avanzada de los mexicas.
La fundación de Tenochtitlán se entrelaza con la mitología y la profecía. La leyenda cuenta que los mexicas, un pueblo nómada en aquel entonces, recibieron la señal divina de su dios Huitzilopochtli: deberían establecerse en el lugar donde encontraran un águila posada en un nopal devorando a una serpiente.
Esta visión, que finalmente observaron en una isla del lago de Texcoco, no solo determinó la ubicación de Tenochtitlán, sino que también se convirtió en un símbolo poderoso que persiste hasta hoy. El escudo nacional de México, con su águila sobre un nopal sosteniendo una serpiente, es una representación directa de esta profecía y del legado cultural de los mexicas.
Con el tiempo, Tenochtitlán, con sus templos majestuosos, plazas, y canales, se convirtió en el corazón del Imperio Azteca y uno de los centros urbanos más grandes del mundo en su época, hasta la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI.
¿Qué lengua utilizaban los mexicas para comunicarse?
Los mexicas, uno de los grupos más dominantes del Valle de México, se comunicaban utilizando la lengua náhuatl.
Esta lengua, rica en matices y con una profunda historia, no solo era el medio de expresión de los mexicas, sino que ha perdurado a través de los siglos y es hoy en día una de las lenguas indígenas más habladas en México.
De hecho, el náhuatl ha influido significativamente en el español que se habla en México, aportando palabras y conceptos que han sido adoptados en el lenguaje cotidiano.
Y aunque es correcto decir que muchos indígenas mexicanos todavía hablan náhuatl, es importante reconocer la diversidad lingüística del país, que cuenta con numerosas lenguas indígenas, cada una con su propia riqueza y tradición.
¿Qué actividades realizaban los mexicas?
Los mexicas eran conocidos por su destreza y avances en diversas áreas, siendo la agricultura y el comercio dos de los pilares de su economía. Uno de los logros más notables de la civilización mexica en el ámbito agrícola fue la creación de las chinampas, un sistema innovador de agricultura.
Estas «islas flotantes» se construyeron en los lagos del Valle de México utilizando ramas, cañas, barro y otros materiales orgánicos. Las chinampas no solo maximizaron el uso del espacio, sino que también proporcionaron un sistema de riego eficiente, lo que permitió a los mexicas cultivar una variedad de cultivos durante todo el año.
Además de la agricultura, los mexicas eran comerciantes habilidosos, estableciendo rutas de comercio y mercados que atraían a comerciantes de regiones lejanas. También destacaron en áreas como la astronomía, la arquitectura y las artes, dejando un legado duradero que sigue fascinando al mundo hasta el día de hoy.
¿Qué hacían los mexicas en el mes de abril?
El mes de abril era de gran significado para los mexicas. Durante este período, realizaban diversas ceremonias religiosas y rituales agrícolas.
Uno de los aspectos más oscuros y menos comprendidos por la sociedad actual es el sacrificio de niños y niñas, que se realizaba en honor a los dioses del agua y de la lluvia.
Estos sacrificios, aunque puedan parecernos impactantes hoy en día, eran considerados esenciales para apaciguar a las deidades y asegurar la llegada de las lluvias necesarias para la agricultura.
La conclusión de las peticiones de lluvia en abril marcaba el inicio de las esperadas precipitaciones. Esto era crucial para la siembra y, en particular, para el ciclo agrícola del maíz, que tenía un papel central en la vida de los mexicas.
El maíz no era solo un alimento esencial, sino también una especie de moneda en las transacciones agrícolas, subrayando su importancia tanto en la dieta como en la economía mexica.
¿Dónde iban los muertos según los mexicas?
El lugar donde iban los mexicas fallecidos era el conocido Mictlán, aunque no todos los mexicas iban a este lugar. A Mictlán iban aquellos que fallecían de una muerte natural, independientemente de su clase social.
El fallecido atravesaría 9 regiones emulando así lo que hace el Sol Tonatiuh. Estas 9 regiones están formadas por diferentes obstáculos que expresan niveles de putrefacción y demás estados que sufre un fallecido en su regresión orgánica.
Después de 4 años los muertos supuestamente logran atravesar el infierno, y decimos supuestamente por que muchos de esos muertos no lograban superar este infierno y se quedaban en él para la eternidad. Los que lograban superarlo podían descansar liberando su alma ante la presencia del señor y la señora de la muerte.
La cosmología mexica poseía una visión muy estructurada del más allá. El Mictlán, también conocido como el «Lugar de los Muertos», era el destino de aquellos que morían de causas naturales. Sin embargo, llegar al descanso final no era una tarea fácil.
El difunto debía atravesar nueve regiones desafiantes, cada una con sus propios obstáculos y pruebas. Estas regiones simbolizaban diversos estados de descomposición y reflejaban el viaje del sol, Tonatiuh, a través del inframundo.
Luego de un viaje de cuatro años, aquellos que superaban todas las pruebas eran recibidos por Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, el señor y la señora del inframundo.
Sin embargo, no todos lograban completar este arduo viaje, y aquellos que no lo conseguían quedaban atrapados en el Mictlán para siempre. Aquellos que sí lo lograban, encontraban el descanso eterno y se reunían con sus seres queridos en un lugar de paz y tranquilidad.
¿De que estaban hechas las casas de los mexicas?
La casa mexica ‘promedio’ era simple y llanamente, ya sea que vivieras en un pueblo o en el campo… Un piso alto, una habitación principal, una cabaña rectangular con una entrada abierta (a un patio), la casa la mayoría de veces daba a la calle.
Sin chimenea, sin ventanas, el piso era normalmente de tierra (a veces piedra), y las paredes eran de ‘adobe’ (ladrillos de barro seco), ‘varas y barro’ (tiras de madera entretejidas, cubiertas con yeso barato) o (si estaban mejor) piedra – o una mezcla: ladrillos de adobe sobre cimientos de piedra.
En las ciudades, las paredes exteriores a menudo se blanqueaban. El techo era de paja y, a veces, a dos aguas.
La habitación principal era solo para dormir y comer: absolutamente nadie pasaba mucho tiempo allá a lo largo del día. La iluminación se hacía con pequeñas antorchas encendidas (hechas de resina de pino) – y del fuego, en el centro de la casa. A veces, si no eras DEMASIADO pobre, la cocina estaba separada, en el patio, que compartías con los vecinos.