La ciudad que habitaban los mexicas recibía el nombre de ‘Tenochtitlan’. Es el actual emplazamiento de la ciudad de México. Hoy, la capital mexica se encuentra debajo de diferentes dependencias administrativas, políticas y religiosas de la Colonia. No obstante, ¿Cómo era la arquitectura de los mexicas? ¿En qué se basaba? En el siguiente artículo conocerás todo acerca de sus diseños y arquitecturas.
Este sitio fue construido sobre islotes, en el lago ‘Texcoco’. Esta ciudad se construyó siguiendo un plan y los lugares para hacer rituales se encontraban en ese plan. Tenochtitlan era el centro del imperio mexica, lo que hacía que también fuese el centro del mundo.
Los planos de la ciudad de Tenochtitlan fueron trazados siguiendo un modelo previo, que era el de Teotihuacán. A pesar de que Teotihuacán estuviese destruida y poco haya quedado de sus vestigios, se podía conocer el diseño de esa ciudad por medio de montículos.
¿Cómo era la arquitectura de los mexicas?
La ciudad de los mexicas, se dividía en cuatro sectores calpullis de forma simétrica. Contaba con comunicaciones por medio de canales que servían para el transporte. Ya que una de las ideas principales de esta construcción era el recinto ritual, el Templo Mayor se ubicaba a 50 metros sobre la ciudad.
Los templos, palacios y pirámides se encontraban construidos con piedra. Además de eso, las casas estaban hechas con materiales como madera y marga, mientras que los tejados eran elaborados de caña. Al igual que se puede ver en otras civilizaciones, la arquitectura de los mexicas mostraba simbolismos que tenían significados muy complejos.
Ante la llegada de Hernán Cortés a estas tierras, pudo notar la belleza de esta ciudad, lo que lo dejó maravillado. ‘Extraordinarios edificios y la peculiaridad de que se encuentra situada sobre un lago’ escribió Cortés en su segunda carta de relación a la corona española.
Tenochtitlan fue conocida como la tercera ciudad más grande del mundo. Este territorio fue capaz de albergar a doscientos mil habitantes. Las construcciones levantadas en esta ciudad mostraban el lado religioso de la cultura mexica mediante simbolismos. La arquitectura y estrategias de construcción dieron mucho para enseñar.
En estas construcciones, se encontraban símbolos y diseños referentes a montañas, agua y fertilidad, además de la morada de antiguos espíritus. El patrón general en estas estructuras era el siguiente, plataforma con doble escalinata larga, que estaban balaustradas a los lados de los escalones.
Para la decoración de la plataforma y el extremo de las balaustradas, se usaban bloques de piedra esculpida, también calaveras. Había mesetas sobre las cuales eran construidos templos o piedras de sacrificio del templo.
La ciudad de Tenochtitlan era unida por medio de cuatro calzadas principales, las cuales eran orientadas por los cuatro puntos cardinales, además del acueducto de Chapultepec. Se disponía también de una serie de canales que se cruzaban entre sí para dividir la urbe en cuatro cuadrantes. Un funcionario estaba encargado de la supervisión de cualquier construcción para evitar que las calles y canales fueran invadidos.
El diseño y construcción de Tenochtitlan reflejaban una comprensión avanzada del urbanismo y de la ingeniería. El uso de chinampas para la agricultura era otra hazaña arquitectónica; estas islas artificiales construidas en los lagos circundantes aumentaban la capacidad de la ciudad para sustentar una gran población y eran fundamentales para su economía.
Además, los mexicas desarrollaron un sistema sofisticado de manejo de agua. Aparte del acueducto de Chapultepec, que traía agua dulce a la ciudad, existían complejos sistemas de diques diseñados para separar las aguas saladas de las dulces en los lagos circundantes. Esto no solo proveía de agua potable a sus habitantes sino que también protegía la ciudad de inundaciones, un ejemplo notable de su adaptación al entorno lacustre.
La distribución espacial de Tenochtitlan no solo tenía una función práctica sino que también cumplía con un propósito cosmogónico. La organización de la ciudad reflejaba la visión mexica del universo, concebida en una serie de capas superpuestas con el Templo Mayor en su centro, conectando el plano terrenal con los planos celestial y subterráneo.
El Templo Mayor, dedicado a Huitzilopochtli y Tlaloc, era el centro religioso y político de la ciudad y simbolizaba la montaña sagrada Coatepec, donde según la mitología mexica, Huitzilopochtli nació armado para defender a su madre Coatlicue. La dualidad de este templo reflejaba la importancia de la guerra y la agricultura, vital para la subsistencia y expansión del imperio.
Las estructuras residenciales, aunque menos imponentes que los grandes templos y palacios, también revelaban una gran habilidad en la construcción y una clara estratificación social. Las casas de la élite estaban adornadas con frescos y jardines intrincados, mientras que las viviendas comunes eran más modestas.
En la vanguardia de la tecnología de construcción se encontraba el uso de un tipo de hormigón mexica, hecho de cal y piedra volcánica, que proporcionaba una mayor resistencia a las estructuras. Los mexicas estaban innovando constantemente, lo que les permitió crear una de las ciudades más impresionantes de su tiempo, un reflejo tangible de su visión del mundo y de su poderío.
¿Qué influencia ha tenido esta arquitectura en la arquitectura de México actual?
Uno de los rasgos que se mantienen visibles en la arquitectura moderna y que proviene de la arquitectura mexica, es el sentido de la simetría y el orden. Este aspecto se encuentra en registros históricos y en relatos de los españoles, lo cual aún se puede notar en las estructuras que se levantan en la Republica Mexicana.
Es bien sabido que la construcción del centro mexica se ubica sobre un lago, por lo que estos habitantes consiguieron superar la adversidad geográfica. También se encontraban en esta ciudad, instalaciones grandes y sistemas de transporte que podían movilizar a los habitantes y los recursos materiales.
Influencia en el Mexico actual
El México actual aún muestra un sentido del orden en sus construcciones. Además de eso, se sabe que otro rasgo influido por la cultura mexica, era la construcción de enormes y poderosas estructuras con fines religiosos. En el presente, se pueden observar todavía las grandes estructuras religiosas pero esta vez en torno a la religión católica.
Las grandes estructuras hechas para albergar a grandes números de personas también se ven presentes en la actualidad. Por ejemplo, el mercado de Tlatelolco tenía el espacio suficiente para que veinte mil personas lo transitaran en día de mercado. El México actual, muestra todavía construcciones notablemente espaciosas con fin de cubrir las necesidades que se requieren al ser un territorio con gran movilidad y número de habitantes.
Aunque Tenochtitlan fuese destruida por los españoles, que se encontraban bajo el mando de Hernán Cortés, fue reconstruida después por este mismo grupo. Aunque, la reconstrucción esta vez tuviera presente la estética europea, se mantenían los sistemas y diseños originales de los mexicas.
Además de las grandes construcciones como edificios y templos, aun se puede notar la influencia de los mexicas en la apariencia externa de estas estructuras. Los diseños que muestran patrones decorativos y logran unir lo decorativo con lo funcional son también una gran muestra de que no se ha ido del todo la idea original de los mexicas.
La influencia de la arquitectura mexica en el México moderno trasciende la simple reproducción estilística; es una influencia que se ha integrado de manera intrínseca en la identidad arquitectónica del país. La planificación urbana actual, por ejemplo, refleja una simbiosis de prácticas ancestrales con tecnología moderna, donde la adaptación al entorno y la respuesta a los desafíos ambientales siguen siendo un tema central, tal como lo era para los mexicas al construir sobre un lago.
El sentido de comunidad, tan presente en la sociedad mexica, se mantiene en la concepción de los espacios públicos actuales. Plazas, parques y zonas peatonales se diseñan para ser puntos de encuentro y convivencia, resonando con la antigua práctica de reunirse en los centros ceremoniales para actividades comerciales y sociales.
El legado de las pirámides y templos mexicas se observa en la monumentalidad de edificios gubernamentales y culturales contemporáneos, que a menudo se sitúan en ejes urbanos destacados, simbolizando aún hoy el poder y la estabilidad. La preservación de zonas arqueológicas, integrándolas en el tejido urbano, refuerza esta conexión histórica y educativa.
La ingeniería hidráulica de los mexicas, especialmente su habilidad para manejar un entorno lacustre, ha inspirado soluciones contemporáneas para el manejo del agua en una Ciudad de México que sigue enfrentando retos de inundaciones y suministro de agua. El respeto por los recursos acuáticos y el uso ingenioso de los mismos es un testimonio viviente de la influencia mexica.
Además, la estética moderna mexicana a menudo incorpora motivos prehispánicos en detalles arquitectónicos y arte público, mostrando un reconocimiento a sus raíces culturales. Esto crea un sentido de identidad y pertenencia que enlaza el pasado con el presente y el futuro de la arquitectura mexicana.
Por lo tanto, aunque los métodos y materiales han evolucionado, la arquitectura mexicana actual sigue siendo un reflejo de su rico legado mexica, evidenciando que la influencia de esta civilización antigua continúa viva, adaptándose y moldeando el paisaje urbano y cultural de México.