Cultura mexica

En el siguiente artículo, podrás descubrir el cómo era la cultura mexica, una cultura llena de grandes logros que tuvieron a lo largo de su historia la cual tiene que ver en gran parte con la religión que practicaban los mexicas.

La civilización de los mexicas era muy poderosa y muy independiente a los demás pueblos. ellos solían crear sus propios instrumentos para su supervivencia, cultivaban sus comidas y tenían una especie de comercio muy diferente a lo que se conoce actualmente, pues todo se realizaba a través de trueques.

La cultura mexica tiene que ver con varios aspectos a través de la historia, pues debido a la conquista de otras regiones se fueron fusionando sus creencias y la hicieron firme. la cultura se puede notar mucho más en los aspectos religiosos, educativos y en los aspectos artísticos, justo antes de la llegada de los españoles.

¿Cómo era la cultura mexica?

Los mexicas, también conocidos como aztecas, dominaron el centro de México entre los siglos XIV y XVI. Conocidos por su destreza militar, también poseían una rica tapeza cultural.

Su sociedad estaba jerárquicamente estructurada, con un gobernante en la cima y diversas clases sociales debajo. Su religión politeísta y los rituales asociados, especialmente los sacrificios, eran fundamentales en su vida diaria.

Además, desarrollaron sistemas avanzados de agricultura, comercio, arte y ciencia. Valoraban la educación y establecieron distintas instituciones para la enseñanza según la clase social. Esta compleja civilización dejó un profundo legado en la historia de Mesoamérica.

Aspectos educativos

La educación que recibían los niños debía ser obligatoria, pero esta tenía que ser fomentada por los padres desde el hogar hasta que ellos cumplieran los 14 años de edad, donde debían enseñarles todo para la supervivencia y los buenos modales, además de los aspectos culturales. la educación era supervisada por gobernantes como los calpulli.

Algo fundamental que debían aprenderse los niños era el huēhuetlàtolli, lo que significaba los dichos de los viejos o personas mayores, donde había frases sobre los ideales aztecas.       

En el tiempo de los mexicas existían dos tipos diferentes de escuelas: las telpochcalli, donde los jóvenes aprendían asuntos militares e iban a la práctica, y la escuela lacalmécac, la cual era imprescindible para tener un aprendizaje en temas como la escritura, el liderazgo, la teología y la astronomía.

La obligatoriedad de la educación reflejaba la importancia que los mexicas daban a la formación integral del individuo.

Además de la supervivencia y las normas de cortesía, la espiritualidad y la conexión con la historia y tradiciones de su pueblo eran inculcadas desde temprana edad. Los niños eran instruidos sobre las leyendas y mitos de su cultura, que servían como herramientas pedagógicas para transmitir valores y enseñanzas.

El huēhuetlàtolli no solo consistía en simples frases; eran códigos de vida, sabiduría acumulada a lo largo de generaciones que definían la identidad mexica. Esta transmisión oral de conocimientos reforzaba la conexión entre el pasado y el presente.

Las escuelas, tanto telpochcalli como calpulli, y lacalmécac, no solo se centraban en enseñanzas prácticas o teóricas. También enfatizaban la formación del carácter y la moral del estudiante. La lacalmécac, en particular, preparaba a la élite gobernante, asegurando que los futuros líderes estuvieran bien versados en todas las artes y ciencias necesarias para gobernar.

Aspectos artísticos en la cultura mexica

Los habitantes de mexica eran excelentes escultores pues podían construir las más hermosas esculturas en cualquier tamaño, decoradas con aspectos religiosos y también de la naturaleza. Los mexicas eran muy detallistas y las obras que realizaban, las hacían con mucho tacto para representar lo que ellos quisieran.

Cuando necesitaban representar a sus dioses y a sus reyes, se encargaban de construir estructuras mucho más grandes que las demás. Para representar a elementos de la naturaleza, objetos comunes y animales, usaban las esculturas y obras más pequeñas. Para la decoración de estas esculturas usaban madera, piedras preciosas y colores.

Para realizar los eventos religiosos como bodas, velorios, sacrificios humanos, promover a un habitante a un nivel político mayor, y para conmemorar sus festividades con su calendario, utilizaban mucha música, el canto y por supuesto, la danza.

Para llevar a cabo los bailes de índole religioso, todos los presentes se reunían en los templos, específicamente en los patios de mayor envergadura. Los instrumentos musicales que fueron utilizados por los mexicas, eran el Tecomapiloa, Teponaztli, el Coyolli, el Chililitli, la Tetzilacatl, el Cacalachtli entre otros.

La habilidad y la precisión de los artesanos mexicas en la escultura era innegable, pero estas obras eran mucho más que simples representaciones. Cada escultura, ya sea de un dios, un rey o un animal, era un testimonio de las creencias, la historia y la cosmología mexica. Los materiales utilizados no eran seleccionados al azar: cada piedra preciosa, cada color y cada pedazo de madera tenía un significado específico.

La grandiosidad de las esculturas de dioses y reyes no era solo una muestra de respeto hacia la figura representada, sino también una demostración del poder y la riqueza de la civilización mexica. Las piezas más pequeñas, a menudo utilizadas en rituales y ceremonias, eran esenciales para conectar con lo divino y lo espiritual.

Las celebraciones y ceremonias mexicas eran un espectáculo para los sentidos. Cada melodía, cada paso de baile y cada verso cantado estaba imbuido de significado.

Los instrumentos mencionados, como el Tecomapiloa y el Teponaztli, no solo producían música; eran herramientas sagradas que conectaban a los mexicas con los dioses y las fuerzas cósmicas. Las danzas y los rituales eran esenciales para mantener el equilibrio del universo y honrar a las deidades que lo gobernaban.

Religión

Otro de los aspectos culturales que podemos encontrar en la cultura mexica era precisamente la religión. Una cultura muy religiosa en la cual basada sus creencias y tradiciones en los ancestrales pueblos mesoamericanos.

Para los mexicas, tanto la creación del universo como la propia existencia de los seres humanos estaba totalmente ligada a un poder divino, teniendo la naturaleza como ejemplo de ello.

Dentro de la cultura mexica la religión y la naturaleza iban unidas, siendo así una civilización donde la religión era principalmente la base ya no solo de su cultura como pueblo, sino sobre todo, de una forma de vida.

Otros rasgos culturales

Los mexicas sentían una gran admiración por tres Astros en el cielo, los cuales eran, la luna, el planeta Venus y el sol. Ellos creían que la luna era uno de sus dioses, el cual tuvo que sacrificarse por el bienestar de cada uno de ellos, y algunos mexicas creían que la luna era el hijo de Tláloc.

La Luna también paso a ser parte representativa de la fecundidad, la vegetación y la feminidad. Muchos le decoraban a la escultura lunar, un símbolo llamado tecciztlì, el cual era una especie de caracol marino y que para ellos simbolizaba, la zona intima femenina.

Cuando los mexicas notaban que ocurría un eclipse, creían que la luna acababa de morir. La luna era la representación femenina de la deidad mientras que el sol era el astro masculino. En la antigüedad se solían sacrificar personas tanto al sol como a la luna.

La espiritualidad era el pilar central en la vida de los mexicas. Al igual que otras culturas mesoamericanas, tenían una visión cosmológica del mundo, donde todo estaba interconectado.

No solo veían a la naturaleza como una manifestación de lo divino, sino también como una guía para entender el cosmos y su lugar en él. Los rituales, las ceremonias y las prácticas cotidianas estaban profundamente imbuidos de significado religioso.

Los dioses mexicas no eran meras figuras mitológicas; eran fuerzas vitales que influían en el día a día de la vida humana. Cada fenómeno natural, desde las lluvias hasta los terremotos, era interpretado como una comunicación o un signo de estas deidades.

Esta conexión intrínseca entre religión y naturaleza llevó a los mexicas a desarrollar un profundo respeto por el mundo que les rodeaba, viendo la sacralidad en todo, desde las montañas más altas hasta los ríos más pequeños.

Aspectos culturales de los mexicas

Los mexicas eran una población que predominaba gran tramo del territorio mesoamericano al tiempo en que llegaron los españoles a conquistarlos. en ese entonces lograron desarrollar diferentes culturas en la zona, a pesar de permanecer en existencia solo 350 años

Ellos lograron fundar dos ciudades y lograron colocar firmemente su dominio, en guerras con grandes armas, sobre otras poblaciones de la era. los mexicas se distribuían en diferentes grupos como los artesanos, campesinos, los guerreros, los comerciantes, gobernantes y sacerdotes,

La cultura religiosa fue la que más predominaba entre los mexicas, a parte de un tipo de arquitectura único hasta entonces. las construcciones de templos estaban inspiradas en sus creencias religiosas, donde grandes y hermosas piedras estaban para representar a sus deidades más famosas en sus tiempos.

La civilización mexica, más conocida por su capital Tenochtitlán, fue la culminación de milenios de desarrollo cultural en Mesoamérica. Aunque la existencia política de los mexicas fue relativamente corta en comparación con otras civilizaciones antiguas, su impacto y legado son innegables.

Fundando no solo una, sino dos ciudades principales – Tenochtitlán y Tlatelolco – los mexicas demostraron una habilidad sin precedentes para la ingeniería y la planificación urbana. Sus islas artificiales, llamadas chinampas, en el lago de Texcoco, son testimonio de su ingenio y adaptabilidad al medio ambiente.

A pesar de ser vistos comúnmente como guerreros feroces, la sociedad mexica era compleja y estratificada. Los artesanos creaban intrincados objetos de arte, los campesinos cultivaban las chinampas, los guerreros expandían y defendían el imperio, los comerciantes (o pochtecas) establecían redes comerciales lejanas, y los gobernantes y sacerdotes dirigían la política y la religión del imperio.

La religión permeaba todos los aspectos de la vida mexica. El Templo Mayor en Tenochtitlán, con sus dos grandes pirámides dedicadas a Tláloc, dios de la lluvia, y a Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, simboliza la centralidad de la religión en la vida política y cotidiana. Las ceremonias religiosas, muchas de las cuales involucraban sacrificios, eran esenciales para mantener el equilibrio del cosmos y garantizar la prosperidad del imperio.

Además, la arquitectura mexica no solo se centraba en la grandiosidad, sino también en la funcionalidad. Sus templos, plazas y edificios públicos no solo eran lugares de culto, sino también centros de actividad política, económica y social. La elección de materiales, el diseño y la ornamentación de estas estructuras reflejaban la cosmología, la historia y las aspiraciones de este poderoso pueblo.

Imágenes de la cultura mexica

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