Economía de los Mexicas ➤ ¿Cómo era? ¿En que consistía?

Economía de los Mexicas

En el siguiente artículo conocerás en profundidad toda la información de la economía de los mexicas y todo aquello que realizaron para sobrevivir ante la llegada de los españoles los cuales vinieron a cambiar muchas de sus costumbres.

Sin duda alguna la historia que contiene cada país es algo impresionante y más porque esta permite el desarrollo de grandes logros que se sostienen a lo largo del tiempo. En este caso, México es uno de los países con un gran contenido de historia en cada una de sus regiones, como por ejemplo la civilización Mexica.

El pueblo conocidos como Mexicas fueron unos de los primeros habitantes en desarrollar grandes cultivos para el surgimiento de una economía plena y satisfactoria. No cabe duda que su economía era muy importante y esta tenía que ver con muchos aspectos como por ejemplo la agricultura.

Muchos de estos habitantes cumplían funciones muy diferentes para la supervivencia de la región. Había algunos que realizaban labores en el campo, otros eran guerreros, algunos eran sacerdotes, artesanos y gobernantes. Todos trabajan con muy buena organización para subsistir en la historia mexicana.

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¿Cómo era la economía de los mexicas?

Son uno de los pueblos más estudiados de la historia a parte de la civilización Maya, ya que perteneció a regiones de Mesoamérica aportando grandes e importantes tradiciones tanto a nivel político, religioso, astronómico, artístico entre otros aspectos a lo que ahora se conoce como los Aztecas.

Los Mexicas eran un pueblo independiente. Su número de habitantes fue creciendo y a su vez su poderío, lo cual los llevó a conquistar números pueblos y plantarse en ellos. Ellos mismos diseñaban su propia vestimenta y utensilios. Eran cazadores activos y cada uno de ellos cumplía una función muy importante en la economía.

Los mexicas son considerados como uno de los pueblos con gran resistencia y poder en el mundo antes de que los españoles llegaran para conquistarlos. Sus culturas y tradiciones aún siguen utilizándose para el aumento de la economía y sus creencias se mantienen activas.

El pueblo Mexica siempre se caracterizó por la explotación de cultivos, especialmente porque creaban islas artificiales y así obtener productos de calidad, cosa que sigue pasando en la actualidad y es considerado como patrimonio cultural de la humanidad en México.

El título de Mexica se designaba a todas aquellas personas que habitaban la ciudad de Tenochtitlan la cual fue construida en el siglo XIV específicamente en el lago Texcoco, lugar que actualmente se conoce como la ciudad de México pues el lago se secó con el pasar del tiempo.

El pueblo de Mexica se caracterizaba, además, por crear su propio calendario donde se podía visualizar 18 meses los cuales contenían únicamente 20 días cada uno. El método de cultivo desarrollado por este pueblo fue el denominado chinampas, el cual consistía en ampliar los terrenos de los lagos artificiales.

A lo largo del imperio mexica, el intercambio de cacao como moneda era común, reafirmando la importancia de este grano en su economía. Además, establecieron rutas de comercio que se extendían más allá de sus fronteras, llegando hasta regiones tan lejanas como Centroamérica. Este comercio permitía la circulación de bienes raros y valiosos, fortaleciendo aún más la complejidad y riqueza de su cultura.

Principales bases de la economía de los mexicas

En la época en la que se encontraban los mexicas, la economía estaba basada en dos actividades principales como lo eran la agricultura y el comercio. Cabe destacar que los Mexicas fueron los primeros en imponer su propio tipo de agricultura la cual era las chinampas, un tipo de isla flotante para realizar cultivos.

Las chinampas eran construidas con cañas y madera entrelazadas con materiales de cuero, nailon y barro. Estas se colocaban en medio de las aguas del lago la cual servía para el riego de los cultivos más comunes entre la población.

Todo lo que los habitantes de Mexica cosechaban les servía para adquirir bienes, alimentos, vestimentas y otras cosas más ya que ellos usaban sus productos como moneda para realizar trueques con los comerciantes.

Los principales productos que se cosechaban en las chinampas eran el cacao y las habichuelas. Además de maíz y otro tipo de granos como frijoles. Los tubérculos como las papas, las zanahorias y la yuca también eran fundamentales para ellos, al igual que los chiles y las calabazas.

En el Caso del comercio los mexicas tenían una especie de mercado donde se trabajaba de forma ordenada y donde asistían muchas personas para vender y comprar los productos de los cultivos. También se vendían las carnes que se obtenían de la caza y la pesca.

La población de los mexicas fue creciendo cada vez más hasta que en el año 1519 empezaron a conquistar otras regiones y de esta manera lograron comercializar con otros pueblos de su alrededor, los cuales compraban algodón, vainilla, cacao, miel, metales, plumas y piedras preciosas.

Cabe destacar que en los puntos de ventas existentes habitaban poderosos mercaderes quienes se encargaban de controlar las ventas y las compras. Estos mercaderes recibían el nombre de pochtecas.

En la época de los mexicas se desconocía lo que era la moneda local. Lo único que estos pobladores necesitaban para adquirir ciertos productos era el intercambio o trueques. Si obtener un producto sobrepasaba un determinado valor, se saldaba la deuda con granos de cacao.

Las rutas comerciales establecidas por los mexicas no solo estaban limitadas a la región inmediata de Tenochtitlán, sino que se extendían por toda Mesoamérica. Las relaciones comerciales con otras grandes ciudades y regiones les permitían acceder a bienes que no estaban disponibles en su entorno inmediato, lo que enriquecía aún más su civilización.

Los pochtecas, aparte de ser meros comerciantes, desempeñaban roles de diplomáticos y espías. A menudo, se les confiaba la tarea de establecer relaciones con ciudades y pueblos distantes, recopilando información que sería valiosa para la expansión y diplomacia mexica.

Además, el papel de estos mercaderes era tan relevante que incluso existía una deidad específica para ellos, llamada Yacatecuhtli, protector de los comerciantes y del intercambio.

El cacao, aunque esencial como medio de intercambio, también tenía una importancia cultural y ritual. Se consumía en forma de xocolatl, una bebida amarga hecha con granos de cacao molidos. Esta bebida se reservaba principalmente para las élites y en ocasiones ceremoniales.

El trueque no solo era una forma de comercio, sino que también representaba la interdependencia y complementariedad de las diferentes regiones de Mesoamérica. Mientras que en las tierras bajas se producían cacao, algodón y plumas exóticas, las tierras altas proporcionaban obsidiana, jade y otros minerales valiosos.

Esta diversidad de productos, junto con la falta de una moneda estandarizada, garantizaba que el trueque siguiera siendo la principal forma de comercio en el mundo mexica.

Organización de los Mexicas para el comercio y la agricultura

Para la realización de las chinampas se necesitaban de artesanos y de varios pobladores con conocimientos en los cultivos, una vez que se obtenían los productos, los dueños de las chinampas se iban al mercado de la ciudad donde hacían vida más de 20.000 personas al día que se encargaban de vender y comprar.

Los mercaderes asistían al lugar para asegurarse de llevar un buen control y orden en el mercado. Mayor parte de las ganancias eran para ellos pues se encargaban de cobrar los impuestos a los pobladores por cada puesto que ocupaban.

A pesar del pago del impuesto, la vida de cada uno de los Mexicas era relativamente buena. siempre había actividad para conseguir cualquier implemento, aunque cada uno de ellos tenía habilidad de crear ropa y otros elementos esenciales para la supervivencia.

El pago de los impuestos, eran fundamentales en la época de los Mexicas pues a través de ellos, los gobernantes podían mejorar y expandir la ciudad a través de los pueblos vecinos que conquistaban. sin duda alguna, los Mexicas fueron una de las poblaciones con más repercusión en el mundo.

El sistema de mercados en la sociedad mexica era extraordinariamente avanzado. El más grande y famoso de estos mercados era el de Tlatelolco, que, según relatos de cronistas como Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo, era un lugar de asombrosa diversidad de bienes y servicios, desde productos agrícolas hasta joyas y artefactos preciosos.

Los calpulli, o clanes familiares, jugaban un papel esencial en la organización agrícola. Cada calpulli poseía tierras comunes y asignaba parcelas a las familias para su cultivo. Este sistema no solo aseguraba la distribución equitativa de las tierras, sino que también fomentaba la cooperación y la solidaridad comunitaria en las labores agrícolas.

Además del sistema de chinampas, los mexicas empleaban técnicas agrícolas avanzadas, como terrazas para cultivo en zonas montañosas y rotación de cultivos, para mantener la fertilidad del suelo.

La importancia del maíz en su dieta también llevó a la domesticación y mejora continua de este grano, lo que resultó en variedades mejoradas y adaptadas a diferentes condiciones climáticas.

En cuanto al comercio, más allá de los mercaderes que controlaban las transacciones, existían otras figuras importantes como los «tameme», portadores que viajaban largas distancias llevando bienes para el comercio.

Estos individuos eran vitales para mantener el flujo constante de productos de una región a otra, asegurando la diversidad de bienes disponibles en los mercados.

Finalmente, es vital mencionar la estructura tributaria del imperio. Las ciudades y pueblos sometidos a la Triple Alianza, compuesta por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, pagaban tributos regularmente, que se documentaban meticulosamente en códices.

Estos tributos no solo incluían bienes de consumo, sino también objetos de valor artístico, ornamental y ritual, reflejando la complejidad y sofisticación de la economía y cultura mexica.

Actividades económicas de los mexicas

La civilización mexica, que floreció en el Valle de México entre los siglos XIV y XVI, desarrolló una organización económica sofisticada que sostenía a una de las ciudades más grandes y avanzadas del mundo en su época: Tenochtitlan. Analizar a qué se dedicaban los mexicas brinda una perspectiva de cómo una civilización tan avanzada pudo sostenerse, expandirse y dominar una vasta región de Mesoamérica.

La organización económica de los mexicas estaba cimentada sobre varios pilares, siendo la agricultura el principal. Al estar situados en el Valle de México, una región con lagos y recursos fluviales, desarrollaron un sistema de cultivo innovador conocido como chinampas.

Estas eran islas flotantes construidas en los lagos poco profundos, que se llenaban con sedimentos fértiles y permitían cultivar productos como el maíz, frijoles, calabazas y chiles durante todo el año. Las chinampas representan una muestra palpable del ingenio y adaptabilidad de los mexicas a su entorno, maximizando la producción agrícola en un espacio limitado.

El comercio era otra actividad económica de vital importancia. Los mercados, como el famoso de Tlatelolco, eran el corazón palpitante de la vida urbana. Allí, miles de personas acudían diariamente para intercambiar productos que iban desde alimentos hasta joyería fina y artesanías.

Estos mercados no solo eran espacios de transacción económica, sino también centros de interacción social y cultural, donde se compartían noticias, se realizaban rituales y se fortalecían las relaciones comunitarias.

La actividades económicas de la cultura mexica no se limitaban a la agricultura y el comercio. La artesanía era altamente valorada, y los mexicas producían cerámica, textiles, herramientas y objetos rituales de gran calidad. Además, había una especialización laboral evidente en la sociedad. Algunos se dedicaban exclusivamente a ser orfebres, alfareros, tejedores o escultores, creando bienes que no solo se consumían localmente, sino que también se comerciaban con regiones lejanas.

Los mexicas también eran maestros en la explotación de recursos naturales. Minaban obsidiana para crear herramientas y armas afiladas, y extraían oro, plata y piedras preciosas para fabricar joyas y objetos rituales. Estos materiales, especialmente la obsidiana, eran altamente valorados en Mesoamérica y se comerciaban extensamente.

Sin embargo, no todo se basaba en el trueque directo. Los cacaos desempeñaron un papel especial como una forma de «moneda». Si bien no era una moneda en el sentido moderno, los granos de cacao eran lo suficientemente valiosos y estandarizados para ser utilizados en transacciones más grandes.

Una parte esencial de la economía mexica era el sistema tributario. A medida que expandieron su imperio, subyugaron a otras ciudades y pueblos, exigiendo tributos regulares. Estos tributos eran diversificados, y podían incluir productos agrícolas, artesanías, materiales preciosos y, en ocasiones, mano de obra o militares para las campañas.

Al explorar a qué se dedicaban los mexicas, se descubre un mosaico de actividades que reflejan una sociedad compleja y multifacética. Desde los campos de chinampas hasta los bulliciosos mercados de Tlatelolco, la organización económica de los mexicas demostraba su adaptabilidad, innovación y capacidad para sostener y nutrir una civilización que, en su apogeo, rivalizaba con las más grandes del mundo antiguo.

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