Centeotl

Centeotl (en ocasiones deletreado Cinteotl o Tzinteotl y a veces llamado Xochipilli o «Príncipe de las flores» fue el primordial dios azteca del maíz americano, conocido como maíz. 

El nombre de Centeotl significa “Señor de la Mazorca de Maíz” o “la Espiga Seca del Dios del Maíz”. Otros dioses aztecas asociados con este cultivo de máxima importancia incluían a la diosa del maíz dulce y los tamales Xilonen (maíz tierno), la diosa de la semilla de maíz Chicomecoátl (siete víboras) y Xipe Totec , el feroz dios de la fecundidad y la agricultura.

Centeotl representa la versión azteca de una deidad pan-mesoamericana más antigua. Las etnias mesoamericanas precedentes, como la olmeca y la maya, veneraban al dios del maíz como una de las fuentes más esenciales de vida y reproducción. 

Varias figurillas encontradas en Teotihuacán eran representaciones de una diosa del maíz, con un peinado que se asemejaba a una mazorca de maíz con borlas. En muchas culturas mesoamericanas, la idea de realeza se asoció con el dios del maíz.

Origen del dios Centeotl

Centeotl era hijo de Tlazolteotl o Toci, la diosa de la fecundidad y el parto, y como Xochipilli era el esposo de Xochiquetzal, la primera mujer en dar a luz. Como muchas deidades aztecas, el dios del maíz tenía un aspecto dual, tanto masculino como femenino. 

Centéotl

Muchas fuentes nahuas han confirmado que el dios del maíz nació como una diosa, y solo en temporadas siguientes se convirtió en un dios masculino llamado Centeotl, con una contraparte femenina, la diosa Chicomecoátl. Centeotl y Chicomecoátl supervisaron diferentes etapas en el crecimiento y maduración del maíz.

La mitología azteca mantiene que el dios Quetzalcóatl entregó maíz a los humanos. El mito informa que a lo largo de el 5º Sol , Quetzalcóatl vio una hormiga roja que llevaba un grano de maíz. 

Siguió a la hormiga y llegó al lugar donde crecía el maíz, la “Montaña del Sustento”, o Tonacatepetl (Ton-ah-cah-TEP-eh-tel) en nahua. Allí Quetzalcóatl se transformó en hormiga negra y birló un grano de maíz para llevárselo a los humanos para que lo sembrasen.

Según una historia recopilada por el monje y erudito franciscano Bernardino de Sahagún del período colonial de España, Centeotl hizo un viaje al inframundo y regresó con algodón, batatas, huauzontle ( chenopodium ) y la bebida embriagante hecha de agave llamada octli o pulque todo lo cual dio a los humanos. 

Para esta historia de resurrección, Centeotl en ocasiones se asocia con Venus, la estrella de la mañana. Según Sahagún, en el recinto sagrado de Tenochtitlán había un templo dedicado a Centeotl.

Fiestas del dios del maíz mexica

El cuarto mes del calendario azteca se llama Huei Tozoztli «El Gran Sueño» y estaba dedicado a los dioses del maíz Centeotl y Chicomecoátl. En este mes, que empezó alrededor del 30 de abril, se efectuaron diferentes liturgias dedicadas al maíz verde y al pasto. 

Para honrar a los dioses del maíz, la gente realizaba autosacrificios, efectuaba rituales de derramamiento de sangre y salpicaba la sangre por sus casas. Las mujeres jóvenes se adornaban con collares de semillas de maíz. 

Las mazorcas de maíz y las semillas se trajeron del campo, las primeras se pusieron en frente de las imágenes de los dioses, al tiempo que las últimas se almacenaron para plantarlas en la próxima temporada.

El culto de Centeotl se superponía al de Tlaloc y abarcaba varias deidades del calor solar, las flores, el festín y el placer. Como hijo de la diosa de la tierra Toci, Centeotl fue adorado junto a Chicomecoati y Xilonen a lo largo del mes once de Ochpaniztli, que empieza el 27 de septiembre en nuestro calendario. Durante este mes, se sacrificó a una mujer y su piel se usó para hacer una máscara para el sacerdote de Centeotl.

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