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Comercio de los mexicas

El comercio de los mexicas era exactamente aquello que el resto de pueblos y tribus querían: Cuchillos, herramientas, telas, pieles, comida, ropa, materiales de artesanía y también metales.

Es cierto que al principio los mexicas lo tuvieron complicados en términos comerciales ya que vivían en una isla muy escasa en términos de materia prima y su vida y comercio se reducía únicamente a lo que encontraban en la naturaleza, pesca y caza.

Historia de la economía de los mexicas

A medida que pasaba el tiempo, conquistando nuevos territorios y evolucionando como pueblo, fueron introduciendo nuevos elementos a su forma de vida. Gran parte de su comercio estaba basado en la propia agricultura. Pero fue en el año 1428 junto a la caída de Azcapotzalco donde pudieron encontrar esa parte evolutiva en términos de comercio. Un antes y después en el imperio mexica basado en 3 pilares: Tributo, comercio y agricultura.

Una vez los mexicas ganaron nuevos terrenos y se asentaron ya como un pueblo grande y poderoso, su comercio avanzó y adquirió una importancia vital en la forma de vida de los mexicas y del propio imperio. Este comercio se dividió en dos formas:

Corta distancia

Comercio de los mexicas

Cada ciudad y pueblo azteca tenía su propio mercado ubicado cerca del centro de la ciudad. Tlatelolco, ciudad hermana de Tenochtitlan, tenía el mercado más grandioso, atrayendo a 60,000 personas diariamente. 

Estos mercados eran tan vitales para la vida azteca que se desarrollaron sistemas meticulosos para garantizar que todas las transacciones se llevaran a cabo de manera justa y honesta. Se establecieron regulaciones estrictas y funcionarios de mercado, conocidos como tianquizpan tlahtoque, que supervisaban y mantenían el orden en estos bulliciosos centros de actividad.

Como en la mayoría de los mercados regionales, se vendía todo tipo de bienes utilitarios, como telas, productos de jardinería, animales comestibles , cuchillos y herramientas de obsidiana, medicinas, madera, cuero, pieles y pieles de animales, metales preciosos, gemas y cerámica. 

El trueque era el método predominante de transacción en estos mercados. Sin una moneda establecida, los bienes se intercambiaban por otros artículos o por cacao, que en muchos casos se utilizaba como una especie de «dinero».

Si un ama de casa azteca necesitaba tomates, agujas de hueso y un remedio para el dolor de cabeza, iba al mercado a por ellos. Mientras estaba allí, podía comprar algo para comer y beber si tenía uno o dos granos de cacao para intercambiar. 

Estos encuentros en el mercado también eran cruciales para la transmisión de cultura y tradiciones. Los artistas y músicos a menudo se presentaban en el mercado, y era común que los ancianos transmitieran historias o lecciones a los más jóvenes.

Muchos aztecas iban al mercado no solo para comprar, sino también para socializar, otro aspecto importante de los bulliciosos mercados regionales. Allí, los aztecas de todos los ámbitos de la vida podían reunirse e intercambiar noticias y chismes.

Larga distancia

Los pochtecas eran comerciantes profesionales que viajaban largas distancias para obtener los artículos de lujo deseados por la nobleza: plumas de aves tropicales, gemas raras o joyas y cerámicas creadas por otras culturas mesoamericanas. 

El peligro de viajar largas distancias, a menudo a través de territorios hostiles, significaba que los pochtecas eran vistos con un cierto grado de respeto y admiración. El riesgo que asumían a menudo se reflejaba en el precio de los bienes que traían.

Los pochteca obtenían algo raro y especial, así como el algodón blanco y los granos de cacao, ganándose un lugar especial en la sociedad azteca. Tenían sus propios capulli, leyes y sección de la ciudad, incluso su propio dios, que velaba por los comerciantes.

El prestigio de ser un pochteca no solo se basaba en los bienes raros que traían, sino también en la información y las noticias que proporcionaban. En una época sin medios de comunicación modernos, eran una fuente crucial de conocimiento sobre lo que ocurría en regiones distantes.

A menudo tenían roles dobles o incluso triples en el imperio, además de ser simples comerciantes. A menudo comunicaban información crucial de un área del imperio a otra. Y algunos sirvieron como espías para el emperador, a menudo disfrazados de algo que no era comerciante. 

Su habilidad para desplazarse de manera encubierta y obtener información significaba que el imperio mexica podía anticiparse a posibles amenazas o establecer alianzas estratégicas basándose en la inteligencia proporcionada por estos comerciantes.

Este último grupo, los naualoztomeca, comerciaban con bienes raros y fáciles de llevar, como gemas, plumas raras o secretos. Algunos pochtecas eran los importadores, otros comerciaban al por mayor y otros aún eran minoristas.

Esta diversidad en roles y especializaciones en el comercio reflejaba la complejidad y sofisticación de la economía azteca. La capacidad de algunos pochtecas para interactuar con diversas culturas y traer bienes de tierras lejanas contribuyó en gran medida a la riqueza y diversidad cultural de la sociedad azteca.

Organización económica de los mexicas

La economía mexica, al igual que la de muchas grandes civilizaciones, estaba profundamente arraigada en su cultura, geografía y cosmovisión. Establecidos en el corazón de Mesoamérica, en el Valle de México, este pueblo, también conocido como aztecas, construyó una de las civilizaciones más sofisticadas y complejas del mundo prehispánico.

Producción y Agricultura

El pilar fundamental de la economía mexica era la agricultura, en particular el cultivo de maíz, frijol y calabaza. La técnica de chinampas, campos de cultivo flotantes, fue una innovación azteca que permitió maximizar la producción agrícola en las zonas lacustres del Valle de México. Estas chinampas eran áreas de tierra recuperada del lago, rodeadas de canales que facilitaban el transporte y el riego, y eran increíblemente productivas.

Comercio y Mercados

Los mercados eran esenciales para la economía mexica. Cada ciudad y pueblo contaba con al menos un mercado central, siendo el de Tlatelolco el más famoso y vasto. Aquí, los productos se intercambiaban predominantemente a través del trueque. Aunque no existía una moneda estandarizada, productos como el cacao a menudo servían como medio de intercambio. El comercio no solo se limitaba a bienes, también era un espacio de intercambio cultural, social y de información.

El papel de los Pochtecas

Estos comerciantes especializados no solo se encargaban del comercio local, sino que también se aventuraban a tierras lejanas en busca de bienes exóticos. Los pochtecas eran esenciales para el flujo de información entre regiones, y algunos incluso actuaban como espías del imperio. Su influencia se extendía más allá del comercio, pues su papel en la sociedad reflejaba la complejidad y sofisticación de la economía azteca.

Tributo y Tributación

Una característica distintiva de la economía mexica era el sistema de tributación. Las regiones conquistadas no eran asimiladas directamente, sino que se les permitía mantener cierta autonomía a cambio de pagar tributos al imperio mexica. Estos tributos podían consistir en productos agrícolas, artesanías, piedras preciosas o incluso en mano de obra. Este flujo constante de recursos reforzó la riqueza y el poder del centro político, Tenochtitlán.

Artisanía y Especialización

Los mexicas valoraban enormemente la habilidad y destreza en la producción de artículos. La cerámica, la orfebrería y, sobre todo, la plumaria eran oficios altamente especializados. Estos artesanos, a menudo patrocinados por la nobleza, creaban objetos que reflejaban la rica cosmovisión azteca y que eran comerciados tanto a nivel local como en distantes regiones.

La organización económica de los mexicas refleja su adaptabilidad, ingenio y entendimiento profundo de su entorno. A través de innovaciones agrícolas como las chinampas, sistemas complejos de comercio y tributación, y una profunda apreciación de la artesanía, los mexicas no solo sostuvieron un imperio vasto y poblado, sino que también enriquecieron la diversidad cultural y económica de Mesoamérica. Estudiando su economía, obtenemos un panorama más completo y matizado del legado y la ingeniosidad de este pueblo indígena.

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